En este momento estás viendo BILBAO-BILBAO 2017

BILBAO-BILBAO 2017

  • Autor de la entrada:
  • Categoría de la entrada:Blog

Zaragoza, 17 de Marzo de 2017, San Patricio, fiesta nacional de los Irlandeses. 7:00 am, me despierto, voy al lavabo y veo en el cristal un folio escrito a ordenador. Abro bien los ojos y empiezo a leer: ¡BIENVENIDO A TU REGALO DEL DÍA DEL PADRE! Sigue las instrucciones, va hacer entre 5 y 20 grados, prepara ropa de calle y ropa de bici, los chicos se quedan con tu madre, prepara GPS y a las 14:00 estate con la maleta en la puerta. ¡NO PREGUNTES!
Todavía no me había enterado, pero estaba preparando mi equipaje con ropa nueva de 7 Muros de Pozalmuro para ir a la XXIX Marcha Cicloturista Internacional Bilbao-Bilbao, no la tenía en calendario para este año, pero ha sido un buen comienzo de temporada, el primer dorsal, 2221.
Con este dorsal me presento a las 8:10 en el Puente de Deusto, me hago los selfies pertinentes y coloco junto al stand de Towcar-Enganches Aragón para tomar la salida. Parece que el cielo dice que no, pero las predicciones climatológicas auguran un gran día de ciclismo por la provincia de Vizcaya. Ciclistas de corto, de largo, con chaleco, chaqueta de invierno, chubasqueros, maillots nuevos, viejos, vintage, retro, de época, de los cascos ni hablamos, en definitiva, cicloturismo en estado puro.

8:15, a pedalear, mismo recorrido que el año pasado, iniciamos subiendo la Ría del Nervión por su margen derecho divisando el puente colgante de Portugalete, pasando por Getxo hasta llegar a Plenzia y girar hacia el interior. Primer puerto “Andraka” hasta que llegamos a Butrón y al pasarlo subimos a “Unbe”. Bajamos y encadenamos unas cuantas “bañericas” (denominadas así por mi amiga Ester a la carretera entre Alfamén y Longares) en forma de “subeybajas” entre las cuales llega el avituallamiento del Parque Tecnológico justo antes del tercer puerto “Artebakarra”, Mungia, falsos llanos hacia el último puerto de la marcha, “Morga”. Justo antes de coronar me encuentro a Ane, la fotógrafa de incansable sonrisa y amabilidad, que se aposta en buen número de carreras por el País Vasco y demás sitios en los que haya bicicletas, con o sin Playmobil, pero con cámara de fotos en todos ellos. Charramos un rato y me tira esta preciosa foto, ¡ESKERRIK ASKO ANE!

Tras esta breve conversación me pongo el chaleco y hacia Bilbao, a rodar y sacar mi potencial. No me doy cuenta, pero mientras la parada pasa el coche que abría carrera, así que al poco de bajar y antes de llegar a Galdakao me encuentro con el coche y las 3 motos que nos frenan. Velocidad de crucero 25 km/h y a gastar zapatas. Este hecho me crea un poco de controversia ya que si esto es cicloturismo, y cada uno hace lo que puede con la bici que quiere, ¿por qué debe haber una llegada conjunta? Al colocarse el coche delante solo hacen que se cree un gran grupo de ciclistas. Ciclistas que saben, o no, pedalear en grupo, es decir, nervios que pueden provocar caídas y en ese grupo que poco a poco se iba haciendo más y más grande sería de 50 ciclistas, personas que al día siguiente tienen que cumplir con el trabajo.

Con esta acción también se puede provocar otro accidente, el del sprint de cicloturistas que no saben el riesgo que conlleva ese arte con esa fuerza. Andaba yo en 3ª fila bajando el puente del Salbenko y tanto los motoristas como el chico del coche se desgañitaban en frenarnos, imposible, los ciclistas olemos a sangre y nos lanzamos a por ella sin importarnos nada. Mal por nosotros, desde luego, pero si hubiéramos llegado escalonados seguro que no se corrían estos riesgos innecesarios y que pudieran deslucir una gran marcha con un gran espíritu. Sin duda la Bilbao-Bilbao es referente en todo el país por la cantidad de ciclistas y formas físicas que allí se dan cita, la que tradicionalmente ha abierto el calendario cicloturista hasta que este año han lanzado en Torrelavega la marcha homenaje a nuestro Gran Campeón Oscar Freire.
115 kilómetros después, a las 12:30 llegamos a la Gran Vía donde nos esperaba un gran ambiente de acompañantes mezclados con los lugareños y los ciclistas que acabábamos de llegar después de disfrutar, ahora si, de un magnífico día de cicloturismo.

¿Repetir? Yo siempre quiero mezclarme con la afición vasca.